Pensemos un momento sobre esto. Todo aquello que consideramos como incorrecto o poco apropiado como ciertas conductas en nuestros perros no es más que un reflejo de nosotros mismos como propietarios.
Evidentemente hablamos en un contexto y ambiente con falta o incorrecta educación (además de otros posibles factores coincidentes). No queremos parecer categóricos pero para una cierta mayoría de problemas en la convivencia con nuestros perros casi siempre se deben a este parámetro.
Si nuestros cachorros son de los que pueden hacer prácticamente lo que les apetezca, difícilmente, porque sí, este se comportará de forma correcta en cualquier situación lugar y ambiente. Sí puede ser que existan algunos individuos que con poquita cosa se comporten, vamos a decir que de un modo correcto, o lo que se acerca a lo correcto.
Pero en una parte mayoritaria de la sociedad canina moderna de hoy día esto no es así.
Bien, partiendo de la base que cada uno de nosotros disfrutamos de la compañía de nuestro perro de forma distinta y a nuestra manera, algo que debería estar presente siempre es una correcta educación del mismo. En este concepto todos deberíamos tenerlo presente y coincidir.
Nuestro perro no va a ser más feliz porque:
- - No se le controle cuando ladra y no toca.
- - No se le controle cuando (sin permiso) se ponga a comer.
- - No se le controle cuando (sin permiso) se ponga a morder su pelota o juguetes…..
- - No se le controle cuando salga descontroladamente a la hora del paseo.
- - No se le controle durante el paseo en su incursiones para investigar el entorno de una forma QUE SIEMPRE DEBERÍA SER SUPERVISADA y CONTROLADA.
A esta lista se le pueden añadir muchos más descontroles, evidentemente, a gusto del usuario pero si lo pensamos tranquilamente sobre esta falta de control y supervisión muchos propietarios piensan que son mejores y que sus perros más felices.
No nos engañemos, esto no es generador de ese bienestar que buscamos en nuestros perros, más bien lo va a ser de otra serie de prioridades que este tipo de falta de supervisión puede causar en ellos.
Por ejemplo; el que puedan ingerir cualquier cosa que sea peligrosa o perjudicial para su salud.
O en casos de agresividad cometer una agresión con todo lo que eso conlleva.
Podemos decir que además, de esta forma, al perro se le van a facilitar mucho sus ganas de hacer por su cuenta lo que sea, sin pasar por el dueño antes (salvo para que este se despiste o le suelte de la correa).
En cuyo caso ya se le ha dado el permiso teórico para tener licencia y hacer lo que quiera.
Pretendo con esto haceros ver que nuestro perro necesita de un orden y control en su vida además de tanto y tanto cariño y afecto que se les regala.
Siendo controladores y cariñosos conseguiremos mucho más que siendo solo cariñosos y permisivos con ellos.
Enseñarles a gestionarse cuando deben esperar a comer o a correr libre o a subir al coche. Les procura un aprendizaje fundamental para su bienestar y mejor convivencia con nosotros y la sociedad. Aprender a estar atento (aunque solo sea por breves momentos).
Sin reglas ni normas tendremos siempre una tendencia a ver en ellos un reflejo de nosotros de esa parte que no les ayuda precisamente a saber qué es lo correcto y qué no lo es.
Si te paras a pensar un momento cada uno de vosotros podéis ver como les dejamos hacer a sus anchas sin que ellos aprendan realmente a comportarse y relacionarse como estoy seguro nos gustaría a todos.
A menudo me preguntan mis clientes por qué les digo, sobre todo al principio del trabajo con ellos, que en el pipi can o en el parque donde suelen agruparse con otros propietarios y sus perros que no los dejen sueltos sin supervisión (real) y sin haber supervisado cómo son los de allí.
En jugar, perseguir a los demás, morder, zarandearse, no le veo ningún aprendizaje útil desde el punto de vista individual, familiar y social para su correcta educación.
¿Cuántas de estas formas que describo desembocan en comportamientos indeseados en esos perros? Pensamos en que el perro se debe desahogar que necesita morder, perseguir etc. No es incierto del todo pero lo que deberíamos tener presente es que todo eso lo pueden hacer también pero de un modo controlado y gestionándose, no de cualquier forma y sin la supervisión y control de su dueño serio y comprometido en su bienestar y educación.
Después de muchos años mi dirección es esta, vamos a jugar, sí claro, y a correr y a hacerle correr y morder (de forma correcta su mordedor) pero con nosotros como compañeros de juegos o actividad relacionándose con los demás perros (siempre que sean compatibles entre ellos y no deriven en comportamientos incorrectos) bajo la supervisión de su propietario SIEMPRE.
Como he comentado en otro punto anterior de este artículo cada uno de nosotros lo vivimos de un modo y formas distinto, desde el respeto que eso se merece. Pero si este artículo sirve para darle un poco de ayuda al propietario inquieto y ávido de querer saber otro modo u otra visión de lo que todo el mundo opina y se tiende a estandarizar tanto en mitos que no son la realidad actual me daré por satisfecho.
José Antonio Pineda Martínez
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