A qué debemos estar dispuestos.
La llegada del cachorro a casa debería estar muy bien meditada y pensada por la familia. No precipitarnos en tomar esta decisión tan sumamente importante para el futuro cachorro. La ilusión, la euforia del momento sin reflexionar seriamente sobre este tema es donde, para mí, se da comienzo con muy mal paso.
El perro, como todos sabemos siente y padece emociones. Por lo tanto se merecen todo el respeto en su llegada al nuevo hogar. Luego, no cabe, el abandono como solución a esa falta de planificación, compromiso y responsabilidad que conlleva la convivencia en casa con nuestro futuro perro.
Tener un perro significa planificar:
- Su salud física y mental.
- Su educación y bienestar (leer apartado educación en el primer artículo).
- Los costes económicos para su mantenimiento correcto
- Su lugar en nuestras diferentes dependencias dentro de casa.
- Sus necesidades diarias.
- Su nutrición.
- Su transporte.
- Nuestras vacaciones con él.
- Todo esto durante toda su vida.
Naturalmente hay más obligaciones y motivos, enumero estos, pienso importantes a tener en cuenta. Si no estamos dispuestos a llevarlo a cabo o no podemos por falta de tiempo o cualquier otro motivo tomar esta responsabilidad la mejor decisión es no tener ese perro. Así es como deberíamos ayudarles antes de que entren en nuestro hogar, teniéndolo muy claro.
La llegada del cachorro debe ser motivo de alegría y no de imposición para los miembros en la familia. Ver cuándo es la mejor época del año para su llegada. Al principio nos ocupará más tiempo procurarle todo lo necesario para su educación.
Invertir tiempo en decidir en qué fechas nos vendrá mejor su adquisiciónm, sea en un criadero o en una protectora. Todo el año hay en existencias eso no debería de ser un problema.
La decisión de adoptar o comprar es muy personal de cada uno, en cualquier caso decidir cuándo es el mejor momento del año si le doy la misma importancia.
En esta fecha planificada vamos a tener el tiempo necesario para poder dedicarlo a educarle sobre el control de sus esfínteres, sus ganas de jugar de correr etc.
También dedicándole un tiempo a que pueda aprender a estar solo de forma controlada.
Hablando sobre los pipis y las cacas.
Habituarlo a hacer sus necesidades donde se le va a permitir tener acceso en la mayoría de las ocasiones que estemos presentes (a medida que adquiere control sobre sus esfínteres esta frecuencia será algo menor). Al principio con pocos meses de edad la frecuencia es más alta. Para este menester nos va perfecto una jaula o trasportín nos ayudara a que bajo nuestra supervisión no deambule solo y sin control dejando pipis y cacas donde le pille.
Esto nos obliga a su correcta utilización. No se trata de tenerlo dentro durante horas… no es eso. Solo es cuestión de establecer unos horario y tiempos de permanencia en su jaula educativa haciéndolos coincidir con nuestra posibilidad de tiempo personal para esta tarea.
Si somos más de uno en casa esto nos facilita mucho más poder realizarlo de forma controlada. De paso la jaula va a procurar al cachorro un lugar y espacio intimo personal. En ella dormirá y pasara tiempo cuando se le pida o sea necesario así que la visión como de negativa no es correcta.
Todos necesitamos tener un lugar para la calma y el descanso, además de que su utilización en nuestra ausencia evitara que sufra accidentes domésticos o que anden rediseñando el mobiliario de nuestra casa, en los viajes de coche. En la jaula van a aprender a aburrirse, cosa que para mí es prioritaria. Nuestros perros en su mayoría van a pasar tiempo en casa solos. Las obligaciones de muchos propietarios responsables les quita tiempo de poder estar en casa durante la semana así que este debería ser uno de los aprendizajes más importantes que les debemos dar la oportunidad de realizar. Por darles muchos juguetes o darles actividades en breves momentos durante nuestro tiempo compartido en casa con ellos no van a aprender mejor a quedarse solos, aburridos o expectantes. Dependerá de su educación a saber estar solos en casa.
La jaula donde hagamos vida con él. No para tenerlo separado de nosotros en otra habitación o en el balcón. Mi perro está conmigo lo disfruto a mi lado pero con orden para él para la familia y las visitas.
José Antonio Pineda Martínez.
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